domingo, 5 de junio de 2011

Fin de la Fiesta Democrática: Elecciones Presidenciales del Perú 2011


Hoy la mayoría del pueblo peruano ha escogido al nuevo representante de gobierno. En estas elecciones hemos podido constatar la notable polarización a la que nos llevaron los dos candidatos a la presidencia. Tenemos un país dividido y resentido con su prójimo y con su sistema político, que poco a poco perdió legitimidad por los actos de corrupción no juzgados o “tapados” por nuestros representantes y autoridades políticas en sus diferentes niveles de gobierno. Así mismo estas elecciones marcaron el fin de la tinta indeleble en el acto de sufragio y se dio inicio al piloto para la elección o voto electrónico (distrito de Pacarán, Cañete) respectivamente.
Sin embargo, lo trascendental para los ciudadanos se centraba en la elección entre el comandante en retiro, Ollanta  Humala y la hija del ex presidente, Keiko Fujimori. Una decisión difícil para la mayoría de los ciudadanos, ninguno fue creíble en sus mítines ni en los debates, sus palabras no fueron suficientes para conquistar al electorado que voto por otro candidato en primera vuelta. Sin embargo todos sabían que tenían que decidirse por alguien y no creían en el voto viciado para anular esta elección. Entonces teníamos que decidir y encontrar la razón de nuestro voto.
Me parece que el tema de corrupción fue la razón para los ciudadanos al momento de decidir y emitir su voto. ¡Obvio! para el ciudadano de a pie,  Keiko Fujimori representa la corrupción, no porque ella sea corrupta, sino porque en la memoria del pueblo peruano vive el gobierno autocrático, corrupto y fraudulento de su padre Alberto Fujimori quien miento a toda una nación; en cambio Ollanta Humala significa una esperanza y una resignación autoritaria porque cuando se compara a estos dos movimientos, el Fujimorismo con el Humalismo, los dos simbolizan un gobierno de carácter autoritario y lo que no tenia Keiko, lo tenía Ollanta y viceversa. No fueron suficientes los aliados que coyunturalmente hoy los apoyan o apoyaron por diversas razones, ya sea por consignas políticas o por asuntos muy personales como la de Mario Vargas Llosa a Ollanta H., desde mi punto de vista.
Entonces  si  ambos tiene valores negativos y  sus diferencias no son suficientemente verídicas para emitir un voto por convicción y no “para que no gane el otro o la otra”, ¿Cuál fue la motivación del voto? ¿Por qué ganó Ollanta H.? El análisis definitivamente puede tener muchas aristas de opinión y debatibles como debe ser, pero en lo particular, pienso que la decisión final se baso entre volver a un régimen fujimorista conocido y que quizás garantizaba mantener el modelo económico del Perú o escoger un régimen que advierte un autoritarismo pero que afirma acabar con la corrupción. Este último tema es importante y vital para la sociedad que está cansada de las visitas en la Sala del SIN, de las “aceitadas” y los “faenones”.  La corrupción: esta fue la razón. Además, a esta realidad se da un razonamiento en función a las oportunidades que cada uno tuvieron para gobernar nuestra nación, pienso que el pueblo que voto por Ollanta para que no gane Keiko, es decir, los que no votaron por convicción, lo hicieron porque quisieron darle una oportunidad a Ollanta H. y porque consideran que otra forma de gobierno para el Perú puede ser la alternativa para acabar con las deficiencias que muestra el actual sistema político. Quizás en el futuro se lamenten o quizás no, pero en realidad ese fue su motivo, estoy seguro de ello.
En ese sentido, Ollanta H. deberá recordar que su triunfo es por una mínima diferencia, deberá entender que de cada 2 peruanos, uno no cree en él, entonces esta realidad lo obliga a concertar y a cumplir democráticamente, respetando las instituciones los objetivos generales de la nación.
La mayoría de los ciudadanos quiere un gobierno que tenga la inteligencia y la estrategia para convocar a todos los peruanos, que tengan la capacidad de incluir y de mejorar la calidad de vida de muchos peruanos, tarea dificilísima para cualquier gobernante actuando en Democracia.
Pero más allá de esta realidad no pude apoyar con mi voto ni a Ollanta H. ni a Keiko Fujimori, por eso vote viciado; sin embargo espero que la decisión de la mayoría de los ciudadanos haya sido la mejor y sobre todo que el próximo gobierno cree el clima necesario para que nuestra sociedad se reconcilie consigo mismo por el bienestar de todos.

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