Luego de conocer que el Juez del
Quinto Juzgado Constitucional de la Corte Superior de Lima, Hugo Velásquez
Zavaleta declarará nulos los informes de la Megacomisión contra Alan
García es necesario señalar lo siguiente:
EL ANTIAPRISTA Y COMUNISTA VIVEN DEL ODIO
A través de
algunas notas periodísticas o publicaciones en redes sociales se observó como
los antiapristas, los representantes del comunismo y de la izquierda
trasnochada y fraccionada usan “la lucha contra la corrupción” como discurso
para poder expresar sin fundamentos sólidos su animadversión contra Alan García y al aprismo en su conjunto. Dicen
que los apristas tenemos influencia en todos los niveles de gobierno y que
controlamos el Poder Judicial; sin embargo guardaron silencio cuando el mismo
Juez falló a favor de Javier Diez Canseco cuando fue acusado por presentar un proyecto de ley que beneficiaba a su ex esposa e hija.
El antiaprista o
comunista trasnochado, no acepta sus errores, su odio nubla su razón y no puede
aceptar que la Megacomisión no ha indicado cuál es el motivo de investigación a
Alan García ¿presunto delito o infracción constitucional? ¿Es testigo o
acusado? En otras palabras para Sergio Tejada, basta con seguir un proceso
inspirado en el juzgamiento por el juzgamiento, sin establecer claramente los
hechos que vinculan a Alan García con los casos investigados.
LA MEGACOMISIÓN O EL INTENTO DE INHABILITAR A ALAN GARCÍA
En la historia universal se ha visto como en
algunos casos los que ejercen el poder político han utilizado los mecanismos e instituciones
que están a su alcance para anular a sus adversarios políticos. Hace un par de años, por ejemplo, se conformó en el Congreso de la República del
Perú un grupo de trabajo conocido como “La Megacomisión”, cuyo objetivo principal
suponía la investigación de los actos irregulares cometidos en la gestión que
presidió Alan García (2006-2011) Sin embargo, esta Megacomisión, en realidad tiene
o tuvo un objetivo político: buscar la
inhabilitación del líder aprista e impedir su presunta candidatura en el 2016.
En este contexto, también podemos
identificar a representantes dentro de la política peruana y dentro de los
medios de comunicación, caracterizados por su antiaprismo de siempre, que pretenden
hacer creer a la ciudadanía, que el Poder Judicial está en manos de apristas
que utilizan esta institución para encubrir las “irregularidades” cometidas.
Por ello, antes de señalar, acusar y juzgar, los antiapristas deberían preocuparse
en otros asuntos y promover, por
ejemplo, #tomarlacalle, no para rasgarse las vestiduras en nombre de la
democracia o para avivar su odio, sino para que se respete el debido proceso de
los juzgados en todos sus niveles, para que no se vuelvan a gastar en vano millones
de soles en dos años de “investigación”. Nadie está en contra de la
investigación. ¡Investigación Sí!. Todo el peso de la ley debe caer para
quienes infrinjan las normas legales establecidas por el Estado, pero sin odios
ni rencores y con objetividad, sin cálculos políticos ni pretensiones
conyugales de por medio que pretenden perpetuarse en el poder. Esta es la
verdadera demanda que la ciudadanía reclama.
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